El arte de organizar fiestas. Edición Jardín

El aperitivo, esa tradición italiana de servir bebidas para abrir el apetito, es una forma brillante de empezar una fiesta de verano. Un Prosecco con romero y frambuesa, o una versión sin alcohol con tónica, pomelo y hojas de menta, serían perfectos. Sirve las bebidas en elegantes copas de vino de cristal fino, decanters de cristal de color, y preséntalo todo en una bandeja de servir. Si hay niños en la fiesta, no olvides las jarras llenas de limonada casera. Además, prepara pequeños aperitivos – aceitunas, frutos secos o quesos. Un aperitivo no es solo una bebida; es una invitación al ambiente veraniego.

Antes de la fiesta, elige un tema para la noche y asegúrate de que todos los elementos de la mesa se complementen entre sí. ¿Qué tal un ambiente de noche adriática esta vez? Extiende un mantel blanco como la nieve, que combinará a la perfección con platos de porcelana y cubiertos dorados. Por supuesto, no pueden faltar los jarrones con flores frescas y elegantes aperitivos para saciar el hambre antes del plato principal – mini sándwiches inspirados en la dolce vita italiana con burrata, aceitunas en tres variaciones y bruschettas de tomate, que suelen desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.

Preparar comidas al aire libre es uno de los mayores placeres en los días cálidos. Para asegurarte de que todo salga a pedir de boca, necesitarás una barbacoa de confianza, una mesa auxiliar con estantes, un delantal de lino y accesorios para barbacoa. Y para servir, tablas de servir de madera de acacia y platos de plástico – ligeros, pero mucho más elegantes que los de papel. Un carrito de bar con ruedas con bebidas frías y salsas se puede colocar junto a la mesa, para que todo esté al alcance de la mano.

Para que la fiesta dure toda la noche, es hora de un pequeño relax. Tumbonas de jardín con cojines, una hamaca colgada entre los árboles, o cómodos pufs dispuestos bajo una pérgola serán de gran utilidad. Este es también el momento perfecto para algo dulce – helado casero en copas de postre que son obras de arte en sí mismas, mini tartaletas dispuestas en alzadores de tartas, o una mesa de frutas con melón, sandía y arándanos. Sirve los postres en una gran bandeja con asas, preferiblemente de un material que no tema al aire libre – como la madera duradera. Aprovecha la hora dorada para tomar un respiro y dejar que los últimos rayos del sol poniente besen tu rostro. ¡Qué delicia!

A medida que el sol se sumerge en el horizonte, es hora de que todo en el jardín se ilumine. Las luces de guirnalda, extendidas entre los árboles, crearán una atmósfera sacada de una trattoria italiana. En la mesa, farolillos o velas altas pueden ser el centro de atención. Las lámparas inalámbricas – esas que puedes coger y mover a cualquier parte – también serán un éxito. Su resplandor hará que la fiesta sea verdaderamente mágica, y las conversaciones se volverán aún más profundas.

Incluso la noche de verano más hermosa puede sorprenderte con un suave frescor. En lugar de dar por terminada la noche – vamos a abrigarnos. Mantas suaves con flecos, mantas de lana en una cesta junto a la mesa – todo esto asegurará que la fiesta pueda continuar (y, de paso, se vuelva aún más elegante). Asegúrate de tener textiles suaves y esponjosos, y nadie querrá irse.

Esta es la hora en que solo quedan vino y uvas en la mesa, y las conversaciones empiezan a ponerse realmente interesantes. Una fiesta en el jardín es sinónimo de libertad absoluta – la música favorita suena de un altavoz, alguien saca juegos para los que normalmente no tiene tiempo, y el resto de los invitados se sientan en mantas, buscando la Vía Láctea en el cielo. Si tienes un proyector – proyecta una película en una pared blanca del edificio o en una tela colgada entre los árboles. Y si no – un farolillo con luz suave y conversaciones con amigos serán suficientes. Este es un momento de tranquilidad y risas; es esa última hora que mejor recuerdas.

Las fiestas al aire libre son la quintaesencia de la primavera y el verano. Cada momento pasado en el jardín o en el balcón puede convertirse en un recuerdo único – lleno de risas, conversaciones y el aroma de las plantas en flor. Con un poco de creatividad (y gracias a los accesorios y muebles de jardín de FormAdore), crearás una atmósfera verdaderamente de cuento de hadas, donde los farolillos bailan con el viento y la mesa se dobla bajo el peso de las delicias de temporada. Es en esos momentos cuando los días cálidos saben mejor.

La fiesta fue un éxito, ahora solo necesitas averiguar qué hacer con esa increíble pasta al pesto que quedó en el bol y si puedes guardar el postre de frambuesa sobrante. Te garantizamos: puedes, y con estilo. Saca recipientes de cocina de plástico, bolsas de silicona reutilizables y mini cuencos con tapa que puedes meter directamente en la nevera. ¡Gracias a esto, tu almuerzo de trabajo se hizo solo! Empácalo en una bolsa térmica, añade una botella de agua tibia con limón y empieza a recordar la hermosa fiesta en el jardín que organizaste.