¡Los amantes del whisky están de enhorabuena! No solo pueden deleitarse con los más de 30 aromas que encierra el whisky de malta, sino que esta bebida es tan distinguida que no requiere una bodega especialmente ventilada ni la temperatura perfecta; un simple mueble bar es todo lo que necesita para su almacenamiento. Es más, una vez abierto, el whisky puede conservarse tanto tiempo como su dueño tenga la osadía de mantenerlo en la botella, aunque conviene recordar que si queda menos de la mitad de la bebida en el envase, es aconsejable trasvasarlo a un recipiente más pequeño. Sin embargo, ya sea poca o mucha la cantidad, su hermoso color merece ser realzado vertiéndolo en una garrafa, que no solo lucirá majestuosa en un bar o sobre una mesa en el estudio, sino que también permitirá servir el whisky a los invitados de una manera espectacular. La garrafa de cristal que aquí presentamos de la Cristalería Julia –una fábrica de vidrio con años de tradición y una vasta experiencia en la elegante presentación de bebidas alcohólicas– es una pieza que cumplirá esta misión a la perfección. Con una forma clásica que se adapta maravillosamente a la mano, la garrafa está equipada con un tapón pulido y será un regalo espléndido para cualquier aficionado al 'Uisce beatha'. ¡Sláinte!