No solo importa lo que bebes, ¡sino también en qué lo bebes! Sin una taza, uno no es persona. Las tazas de porcelana de FormAdore son los miembros más sofisticados de la familia de tazas: son elegantes, delicadas, translúcidas y, al mismo tiempo, el café y el té servidos en ellas se enfrían mucho más lentamente. La porcelana es también el tipo de cerámica más ligero, por lo que el recipiente será liviano y manejable. Su color característico es blanco como la nieve, aunque la porcelana pintada también tiene sus seguidores. Para los amantes de la tradición, recomendamos las tazas blancas, mientras que los fans de las porciones más grandes pueden optar por las tazas grandes con una capacidad de 400 o 500 ml. Sin duda, hay algo para todos y para cada ocasión: una taza para regalar a tu madre, para una tarde de invierno con un libro, para una reunión con amigos, para tu escritorio en el trabajo... ¡Para elegir y para darle color!
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Cuando elegimos tazas para nuestra cocina, a menudo nos enfrentamos a un dilema: ¿porcelana o cerámica? Aunque a primera vista puedan parecer similares, en realidad difieren en muchos aspectos, desde la composición hasta los métodos de producción y las propiedades funcionales. Comprender estas diferencias es clave para tomar una decisión informada y elegir la vajilla que mejor se adapte a tus necesidades.
La porcelana, a menudo llamada «oro blanco», es considerada la más noble de sus hermanas cerámicas. Debe su extraordinaria blancura, su delicada translucidez y su impresionante dureza a una mezcla única de arcilla de caolín, feldespato y cuarzo. Su producción es un verdadero arte, que culmina en dos cocciones a temperaturas extremadamente altas (hasta 1400°C). Gracias a esto, las tazas de porcelana son perfectamente lisas, no porosas y sorprendentemente resistentes a los daños. Sus paredes delgadas las hacen ligeras y delicadas, pero increíblemente duraderas.
Las tazas de cerámica, por otro lado, cuentan una historia de calidez y hogar. Están hechas de tipos de arcilla más comunes y cocidas a temperaturas más bajas. Esto da como resultado una estructura más porosa, y los platos en sí son más gruesos y pesados. Aunque la cerámica es un material duradero, no iguala a la porcelana en finura. Sin embargo, cautiva con su carácter rústico, riqueza de colores y patrones.
Nuestro consejo: ¿buscas calidez rústica al estilo boho? Opta por la cerámica. ¿Sueñas con un toque de lujo discreto para el uso diario? La porcelana será un acierto.